EXPRESION EMOCIONAL Y GRUPOS DE HOMBRES

on 19 Mayo 2021
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ARTICULO SOBRE EL TRABAJO PARA LA EXPRESIÓN EMOCIONAL EN LOS GRUPOS DE HOMBRES.

ROBERTO AGUADO

Guardo silencio, me encuentro frente a un hombre adulto que me muestre su vulnerabilidad  descarnadamente. Llora sin censurarse. 

Escucho con profundo respeto y valido su sentir, a veces las palabras empañan la delicadeza y la hondura de la humanidad que puede destilar alguien que nos concede el privilegio de expresar lo sentido a corazón abierto. El solo hecho de reconocer, aceptar y expresar nuestro mundo emocional, aligera la carga emocional soportada a lo largo de los años.

Me relata una biografía plagada de desencuentros con su padre, de palabras y actos hirientes enquistados en su memoria, arrinconados para no sentir, encapsulados en su cuerpo, de sensaciones que tocan  a la puerta sin ser invitadas, incluso ahora que es un hombre adulto, llevándole a sentires antiguos y que ahora lastran su relación de pareja, contaminando muchas e importantes áreas de su vida.

Es una historia de violencia soterrada, desvalorización de lo vulnerable, desafecto y una tristeza profunda y añeja que ensombrece el presente y enfría la profunda humanidad que habita en el  hombre que tengo frente a mí.

Este es solo un ejemplo del trabajo que se desarrolla en el espacio terapéutico que facilitan los grupos de hombres.

En el seno de las familias se da buena parte de la violencia que experimentamos en nuestros primeros años y que nos dejan heridas de difícil cicatrización, de las que cada poco supura un amargor intenso que se concreta específicamente en los hombres, en una dureza, una coraza que deshumaniza y lastra el trabajo de alcanzar nuestra mejor versión y darnos a los demás de manera auténtica.

Bien valdría invertir tiempo y esfuerzo en tener el suficiente equipaje emocional y la solidez requerida para abrirse a todas las dimensiones de la vida, tener el coraje de ser respetuoso con lo que acontece en uno a cada momento, despenalizarlo y darle cabida en nosotros, abrazar y acoger aquello que dejó una profunda herida y, si es posible, darle un buen lugar en nuestro relato interior, ya sean dificultades con la familia de origen o con pareja e hijos.

Y es aquí donde quiero exponer el valor de los grupos de hombres, un espacio de confianza y crecimiento, en el que se abre el corazón para exponer aquello que dolió y que, aún lejano o cercano en el tiempo, duele en la actualidad. 

Los grupos de hombres basados en la libre expresión y exposición de lo que para cada uno limita su desarrollo, se convierten en un entorno vincular y por qué no, también ritual, un marco colectivo de seguridad capaz de apoyar, contener y amparar los reveses, pérdidas y sinsabores que son complejos de compartir en una sociedad que penaliza a los hombres que buscan nutrirse y generar aprendizajes para manejar los desencuentros, integrando los registros emocionales de cada uno. 

Estos grupos nos llevan a transitar el camino de la vieja masculinidad a la nueva, desechando estereotipos y paradigmas caducos que ya no sirven ante una nueva manera de ser hombre, más humana y más acorde a la esencia de esa humanidad.

Recorrer este camino es comprometerse con el propio respeto a lo que se siente y necesita, a convertir las pérdidas y dificultades en fertilizante para una buena vida y nutrirnos de un combustible de alto octanaje, que no es otro que el trabajo con uno mismo y que supone ganar en capacidad para ser hombre y, desde nuestro interior,  vivir en paz, libertad y sin asuntos pendientes que lastren nuestro devenir.

Este  enfoque específico para los hombres nos lleva a sanar muchos registros de nuestra vida y por supuesto, a mantener relaciones con nuestro entorno cercano y más significativo, mucho más humanas, cordiales y auténticas, mucho más concordantes a la vocación colaborativa e integradora de la propia vida.

Roberto Aguado, facilitador grupos de hombres en Centro Creciendo